miércoles, agosto 21, 2013

Rendición

Como el rey que, sin fuerza ya para luchar, se rinde y lanza su corona deslucida a los pies del ratero; el ratero que entró sin pedir permiso en el castillo, el ratero que ha envenenado la corte y la ha puesto en su contra. Derrotado, mas no cabizbajo; derrotado, pero no culpable; derrotado, solo y humillado, pero audaz, fuerte, poderoso. Rey que en su caída no se arrastrará como una vil rata, sino que caminará erguido entre la multitud que se mofa, pues sus burlas sólo harán que reforzar su escudo. Cada aguijon se irá a estrellar en el armazon de acero que cubre su corazón. No más traición, no más pena, no más dolor.
Porque no eres más que una ramera. Y ya se ha cansado el marajá de creer tus zalamerías. No cabe amor en la podredumbre que llamas corazón. El hedor de la mentira camina a tu lado, y no aguanto más tu pestilente encanto. 

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